Para un producto o un
servicio siempre es importante la mejora continua e innovación, ya que si no se
hace el producto o servicio puede llegar a estancarse y los clientes dejaran de
consumirlo, y se irán con la competencia,
en cambio si se hace una innovación van a estar atraídos por lo que el producto o servicio puede ofrecer ahora y en un futuro.
¿Se puede medir la calidad?
Se puede valorar mediante instrumentos de medición que se
emplean para determinar el nivel de cumplimiento de los objetivos, los cuales
deben cumplir con los siguientes requisitos:
·
Fáciles de capturar y aplicar.
·
Relevantes para la toma de decisiones
·
Visibles y accesibles.
5
ejemplos de indicadores de calidad:
1.
Cobertura: se refiere a el número de artículos disponibles en el mercado y si
es suficiente para las personas que demandan una necesidad.2. Eficacia: si el producto o servicio cubre la necesidad para el que fue creado.
3. Valoración de ventas: de acuerdo al nivel de ventas que ha tenido el producto o servicio se determina si ha tenido aceptación en el mercado.
4. Satisfacción del cliente: es evaluación del grado de conformidad del producto, es decir se puede aplicar una encuesta para determinar si el producto cubrió la necesidad, es el seguimiento post-venta
La calidad ha ido evolucionando con el paso del tiempo: Desde la primera guerra mundial en donde surgieron los supervisores, los cuales eran prácticamente los dueños.
A lo largo de la historia encontramos múltiples manifestaciones que demuestran que el hombre ha conseguido satisfacer sus necesidades adquiriendo aquello que le reportaba mayor utilidad.
Tarì(2000) identifica 5 etapas de la evolución de la calidad.
Edad Media-Revolución Industrial
En este periodo, los artesanos, en quienes se identificaba tanto el trabajo directivo como el manual, elaboraban en pequeños talleres una cantidad reducida de producto destinada a un mercado local o de tipo urbano, donde existía una estrecha relación con los consumidores, lo que les permitía
Revolución Industrial - finales siglo XIX mayores volúmenes de producción, los operarios y artesanos se ajustaban a los gustos de la época, el comprador diseñaba su producto.
Administración científica - II Guerra Mundial
A finales del siglo XIX, en los Estados Unidos desaparece totalmente esa comunicabilidad que existía entre fabricante y cliente y se inicia un proceso de división y estandarización de las condiciones y métodos de trabajo. Aparece la visión de Frederick Winslow Taylor con la teoría de tiempos y movimientos.
Guerra Mundial - Década de los setenta
Finalizada la II Guerra Mundial, la calidad siguió dos caminos diferentes. Por un lado, Occidente continuaba con el enfoque basado en la inspección. Por otro, debemos destacar a Japón que comenzó una batalla particular por la calidad con un enfoque totalmente diferente al occidental como veremos a continuación. A partir de 1950, mientras en Japón se empezaba a aplicar el control de calidad con una amplia difusión de los métodos estadísticos, en Occidente su aplicación era más limitada. La menor importancia que le daban las empresas occidentales se debía a que la calidad no era considerada como un problema, puesto que se enfrentaban a un mercado de demanda donde sus productos se vendían con facilidad. Hasta este momento, el control de calidad tenía un límite ya que se centraba principalmente en la planta productiva. Sin embargo, las lecciones del Dr. Juran sobre el arte del quality management y el significado de la calidad ampliaron el enfoque más allá de la simple inspección de productos3. Estas premisas básicas fueron escuchadas en Japón, pero no en EE.UU., por lo que la calidad empezó a
2 Este conocimiento de la filosofía de calidad en Japón se debe a las enseñanzas de Deming. 3 De todos modos, esto no elimina la innegable contribución de Deming al desarrollo de la calidad en Japón.
Década de los ochenta y noventa
Esta divergencia alcanza su grado máximo a mediados de los años setenta cuando Occidente empieza a darse cuenta del liderazgo que iba consiguiendo Japón, propio no de un milagro, sino de la construcción paso a paso de una cultura de calidad frente a la estadounidense basada en la
Calidad total: fuente de ventaja competitiva productividad. Junto a esto, la crisis del petróleo alertó tanto de la necesidad del ahorro de energía como de la necesidad de asegurar la calidad del producto para reducir el desperdicio y así los costes. De esta manera, la competencia comienza a ser cada vez más fuerte, los mercados se globalizan y la industria occidental, y particularmente la estadounidense, comienza a perder el liderazgo en sectores donde durante décadas había disfrutado de una posición ventajosa (automóviles, acero, semiconductores, ordenadores, etc.). En mercados que comienzan a estar saturados el hecho de simplemente ofrecer un producto o servicio ya no garantiza el éxito. Ante consumidores cada vez más informados y con una oferta variada la calidad se convierte en un factor crítico. La prevención, en vez de la inspección, es el enfoque que se utiliza ahora como se hiciera anteriormente en Japón. La calidad pasa a ser un requisito necesario para la competitividad de la empresa. Así, los años ochenta y noventa son testigo del importante logro conseguido durante décadas por los japoneses, de quienes se trata de importar soluciones. Esta reflexión señala la importancia que vuelve a adquirir la comunicabilidad entre empresa y cliente, disminuyendo de este modo el distanciamiento que ha existido durante buena parte del siglo XX.
Referencias:
Tairí, J. J.,(2000), Calidad total: fuente de ventaja competitiva. Murcia: Publicaciones Universidad de Alicante
Castillejos López, B. (2018). Grandes maestros de la calidad. (Apuntes de clase). Universidad del Mar. Oaxaca, México.
Ishikawa, K. (1985), ¿Qué es el control total de la calidad? La modalidad japonesa. Colombia: Editorial Norma.
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